Días perfectos
- silviandreun
- 30 abr 2024
- 4 Min. de lectura
Al concluir la película y mientras salía de la sala de los cines Verdi, me sumergí en una reflexión profunda sobre el mensaje que había calado en lo más profundo de mi ser y que para mi, es una señal de la misma transformación en la que me siento inmersa "ha sido como una alegoría de la vida, donde las pequeñas acciones y elecciones del día a día son el TODO para una vida plena"
Escuchar a Nina Simone, como parte de su banda sonora, fue como un bálsamo para el alma; su himno a la alegría de vivir es un recordatorio poderoso de que cada día nos brinda una nueva oportunidad para deleitarnos con la realidad que nos rodea. Su música nos invita a sumergirnos en el momento presente y a encontrar la belleza en las pequeñas cosas de la vida:
"Pájaros volando alto, sabes como me siento
Sol en el cielo, ya sabes cómo me siento
Brisa la deriva, ya sabes como me siento
Es un nuevo amanecer,
Es un nuevo día,
Es una nueva vida para mi, si
y me siento bien.../..
Duerme en paz cuando termine el día, eso es lo que quiero decir
Y este viejo mundo es un nuevo mundo
y un mundo atrevido para mi.../...
oh, la libertad es mía
y se cómo me siento
Es un nuevo amanecer,
Es un nuevo día,
Es una nueva vida para mi
¡Me siento bien¡"
En este momento de mi vida estoy sintiéndome arrollada por la sensación de que lo fundamental reside en la sencillez de la esencia misma y en todos esos pequeños detalles de la vida cotidiana. En este viaje de autodescubrimiento, he percibido cómo la capacidad de adaptación y la permanencia en mi centro se vuelven cada vez más esenciales para dirigirme hacia la vida que deseo, guiada por la coherencia con mi verdadero ser.
En cada nueva sensación que surge de mi, el miedo a lo desconocido hace acto de presencia pero la diferencia reside es que en este momento he sido capaz de ver el miedo como ese ente que surge de la nada y que todo lo puede envolver, que es capaz de anularme a su paso en la experiencia que estoy viviendo. Lo veo en cada una de las facetas de mi vida y yo misma doy gracias ya que ahora lo puedo mirar. Me satisface ver como empiezo a vislumbrar esa parte de mi que surge para ser vista, reconocida , aceptada en mi para ser transmutada en algo aun mas sustancial que es la valentía que surge desde lo mas hondo de mi, es como una serenidad que me copa todo mi ser y me incita a tomar la responsabilidad de llevar mi vida desde la consciencia mas plena con mis valores en total resonancia con mi ser y ser creadora de mi realidad en coherencia con lo que yo soy hoy.
De la misma manera en que la intención con la que actúas marca el camino de las acciones y de su manifestación en nuestro devenir de la vida , el determinar los valores en los que quieres emerger, esos valores que desde ti emanan e iluminan todo tu espacio y tu camino es la chispa divina que arrolla a tu paso todo aquello en lo que pones tu atención al estar en coherencia tu corazón con lo esencial de la vida en si misma.
Ahora lo he visto claro , siento la energía emanando, siendo mente, cuerpo y corazón unidos en un mismo camino que me reconforta y me libera de la presión inconsciente de la búsqueda incesante de algún fantasma allá fuera que es lo que yo interprete de lo que tenia que ser mi vida, esa vida que ya experimenté.

Me he dado cuenta que durante gran parte de mi vida he ido en busca o he ido detrás de aquello que brillaba, de eso que estaba allí fuera de mi y que lucia de una manera que me desplazaba de mi centro para ir a buscar otra cosa; no sé cuál o en qué otro lugar, tampoco sé cuál, en busca de Eso que nos envuelve a todos. Es la sensación de no estar esperando nada, de rendirse al flujo de la vida y de aceptar que es tal como está siendo. En este camino de aceptación, uno se une al flujo que todo lo Es y todo lo abarca.
Encontrar mi centro implica reconocer y priorizar lo que verdaderamente tiene importancia , que, en este momento, es estar plenamente presente en cada aspecto de mi vida. Ya no quiero ser arrastrada por impulsos inconscientes que me llevaban hacia metas ajenas a mi responsabilidad y elección. Como el protagonista de la película, elijo que mis días sean tal como son, priorizando la paz interior sobre cualquier otro destino preestablecido. Aunque me pueda parecer que carezco de rumbo, estoy atenta a cada detalle de mi propia pantalla, de mi propia realidad, encontrando significado y plenitud en cada momento presente para entrar en un continuo de conciencia.
No hay excentricidades ni supuestas grandes pasiones externalizadas, pero sí la pasión de vivir, la alegría del flujo constante de la vida, como el agua que transcurre suavemente por el lecho de un río. Es en esa serenidad, en esa fluidez, donde encontramos la verdadera esencia de la existencia, lejos de los artificios y cerca de la autenticidad que nos ofrece cada amanecer. En lugar de mirar hacia afuera para ir en busca de esos supuestos anhelos me centro en abrir los ojos de lo que ya es, a lo que ya está siendo en mi vida, para que esto sea el hilo conductor, el hilo que me ayuda a volver a hacer la manija del ovillo y así, poco a poco, con mucha suavidad, amor, coherencia y respeto, tejer nuevamente los valores actualizados de quien quiero ser.




La luz siempre estuvo dentro de ti y al fin la encontraste 😘