top of page

La Música que Sostiene el Despertar

Ayer tuve la oportunidad de presenciar un espectáculo y ser testigo del instante en que emerge una nueva realidad.


El concierto de Tony Ann & Arkai, más allá de ser profundamente innovador e inspirador, es cercano, sin estructura tradicional, sencillo y soberbio a la vez. Es precisamente esa simplicidad —en su presentación, en su estar— lo que lo convierte en algo verdaderamente especial.

No hay ego, no hay pasado. Solo hay presencia.

Me resulta difícil expresar con palabras lo que sentí anoche.


¿Cuándo algo inesperado irrumpe con tanta fuerza desde la nada?


Te envuelve en una sinfonía de colores, y la experiencia se vuelve más grande que la música misma. Más grande incluso que la emoción del instante.

Te das cuenta de la magnificencia de la vida, de la grandeza silenciosa que ocurre cuando lo genuino se revela sin filtros ante ti.


Te faltan las palabras.


Sencillamente, es maravilloso.

Es de una autenticidad que conmueve. Una genuinidad expectante.


El Palau de la Música, ubicado en el corazón de Barcelona y desde 1908 uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad y de la música universal, fue anoche testigo del nacimiento de una nueva era.

Una era donde la expresión de la simplicidad y la autenticidad toma el relevo de estructuras antiguas, de una manera de vivir que nos trajo hasta aquí pero que ya pide renovarse.

Concebido como una casa para la música del pueblo, el Palau está habitado por las figuras de grandes artistas y compositores que embellecen sus paredes y lo consagran como templo del arte y de la emoción. Y sin embargo, esta vez, su grandiosidad no venía solo de su historia, sino de lo que estaba ocurriendo allí, en ese preciso instante.


Fui testigo —y también parte — del despegue de una nueva realidad.

Una realidad que se eleva desde el centro mismo de lo conocido, que se impulsa desde dentro de una estructura que ya cumplió su función, dejando paso a una energía renovada: fuerte y sensible, firme y sutil, joven y profunda, sencilla y esplendida a la vez.


Una combinación inédita de elementos que demuestra que todo es posible cuando es genuino.


Es entonces cuando comprendes que, cuando la verdadera esencia toma el mando, todo lo demás se silencia. Las máscaras, las proyecciones, los ruidos... se disuelven. Porque lo que está ocurriendo ahí, en ese instante, tiene tanta belleza, tanta verdad, que lo externo ya no importa.

ree

Es la luz que somos cada uno, tomando forma.

Lista para brillar.

Lista para ser compartida desde la autenticidad.

Es la nueva estructura que brota de la verdad interior.

Y que empieza, sin miedo, a pintar el nuevo cuadro.

 

Me he visto envuelta en una realidad que ha ido tomando forma al compás del sentir.

Una vez más, se ha manifestado la certeza de que aquello que emerge con naturalidad y conciencia acaba encontrando su lugar, sin esfuerzo, como un acto espontáneo del alma que se deja ser.

Todo ha sucedido dejando atrás la estructura, el molde, el envoltorio que alguna vez creímos necesario para que la realidad se manifestara. Esa antigua creencia de que debía ser perfecta, medida, controlada...


Pero el control mata la posibilidad.

La rigidez asfixia la creación.

 

Hoy he visto cómo ese viejo formato se transforma en un espectáculo donde lo nuevo tiene permiso para nacer. Donde los comienzos se insinúan sin anunciarse, donde los matices aparecen sin ser buscados, y sin embargo, todo encuentra su lugar.

Todo es sostenido por la amabilidad, la sencillez, la naturalidad, la voluptuosidad… y el movimiento constante. Todas las infinitas posibilidades al mismo tiempo.


Es como si la escena nunca se detuviera. Como si estuviera viva, abierta a lo que va emergiendo desde sí misma.


 ¿Te ha sucedido alguna vez algo así?


Se abre espacio a la incertidumbre, al asombro, a lo que no se puede controlar pero sí sentir. Incluso la palabra fracaso cambia de forma, se disuelve, y se transforma en expresión genuina.


Lo externo pierde fuerza.

Y en su lugar, nace lo íntimo, lo esencial, el rubí que todos llevamos dentro.


Gracias Gran Palau por ser la vasija, por sostener este gran movimiento en el que lo nuevo ya no necesita permiso.

Porque ya no hay cuerdas que lo contengan.

El salto está dado. Y no hay vuelta atrás.

 

Con profunda gratitud, Judit @theprojectbcn, por ofrecernos mucho más que un espectáculo: una vivencia que enciende, despierta y nos invita a volar.



Vilassar de Mar, 29 de Junio 2025

 
 
 

Comentarios


bottom of page