La soledad

En la celebración de la clausura de la XXV Exporecerca este pasado Sábado, un invitado de un organismo oficial nos habla de uno de los temas mas urgentes en los que trabajar para encontrar una solución, la soledad hace estragos en nuestras sociedades en un momento en donde la responsabilidad hacia el otro ha dejado de existir y, aunque no seamos conscientes de esta plaga, ha cogido una dimensión en la que nos urge encontrar nuevas formas de reconstruir lo que deberían ser prioridades para las sociedades del siglo XXI.

Es totalmente ilógico en una sociedad evolucionada como la nuestra que dejemos en este estado de precariedad a las generaciones que nos preceden. La evolución de las sociedades se ha convertido en uno de los principales temas de debate, con el objetivo de encontrar nuevas formas de gestión que aborden adecuadamente esta prioridad que, mas allá de ser un problema, nos lleva a replantearnos los fundamentos a cerca de la integridad y el respeto hacia los seres humanos.

Parece ser que nos encontramos en un punto crítico donde el individualismo, egocentrismo e irresponsabilidad ha tejido las relaciones sociales de este mundo. No hace falta recurrir a cifras objetivas para confirmar esto, puesto que lo que nos están relatando sucede en todos los ámbitos de nuestras vidas, incluido el empresarial.

Tengo un cambio de impresiones con un directivo de la compañía debido a que tengo una firme convicción y es la de huir del individualismo e incluir el bien común en mis decisiones aunque esto conlleve a a priori, el enjuiciamiento de querer complacer a todos los miembros de mi equipo. No tiene nada que ver con el complacer, es una sensación que brota de mi interior y que implica el encontrar una solución optima que englobe todas las necesidades de las personas a las que lidero aunque conlleve coger un camino que, lejos de ser el más fácil, será el más satisfactorio, ya que surgirá de la consideración de las decisiones de los colaboradores a quienes afecta.

Estas nuevas maneras de hacer a las cuales me refiero, tienen mas que ver con la cooperación que con la división, tiene mas que ver con la sensación de plenitud cuando miro al otro y nos comprometemos a conseguirlo juntos y con la responsabilidad de sus ilusiones y su felicidad con el compromiso que hemos adquirido todos de que será el camino mas optimo para todos los integrantes del equipo al igual que para la empresa. En estas decisiones ya no hay termino medio, puedes continuar intentando controlar lo que pase o te puedes lanzar con una intención bien clara y adentrarte en la experiencia confiando en que aparecerán los movimientos y los actores necesarios para dibujar una mejor versión para todos, como en una configuración sistémica en la que dejamos espacio para que se vaya emergiendo cada una de las situaciones.

¿controlar o confiar? yo que me he considerado la reina del control durante muchos años como la manera de conseguir cualquier fin os puedo asegurar que no hay nada mas placentero que abandonarse al Confiar en que la vida va tejiendo el camino a medida que avanzamos con una intención clara, bondadosa, inclusiva, justa, respetuosa y amigable.

Así pues, para mi, también en las organizaciones ha llegado el momento de incluir esta mirada menos individualista y mas cooperativista, una mirada inclusiva en la que nos responsabilizamos tanto de nosotros mismos como de lo que sucede a nuestro alrededor. Trabajando juntos para conseguir la manera mas adecuada para el buen fin de la comunidad como de la compañía. La inclusión de esta mirada cooperativista en las organizaciones puede generar un ambiente de confianza, colaboración y compromiso, lo que a su vez puede impulsar la innovación, la productividad y la satisfacción laboral. En definitiva, al reconocer nuestra interdependencia y trabajar juntos por el bien común, podemos crear entornos laborales más saludables y exitosos para todos.